“Me he hecho sionista. Esta palabra implica muchísimas cosas. Para mí significa, en resumen, que ahora siento, consciente y fuertemente, que soy judía, y estoy orgullosa de ello. Mi primer objetivo es ir a Palestina, trabajar por ella. Está claro que esto no se ha dado de un día para otro; ha sido un proceso gradual.” (Wigoder 1991: 510)1
En el 19 de setiembre de 1939 emigré a Palestina y me establecí en Nahalal para iniciar mis estudios. En 1940 empezó la guerra que cambió mi vida, La Segunda Guerra Mundial. Después de graduarme en 1941 me hice miembro del kibbutz Sdot Yam, en Cesarea. Más tarde me uní a la Haganah, el grupo paramilitar que fue una de las bases para la fundación de las Fuerzas de Defensa de Israel. En 1943, me enlisté en el Woman's Auxiliary Air Force del Ejército británico como Piloto Femenino de Segunda Clase y comenzé mi entrenamiento en Egipto como paracaidista militar para la Dirección de Operaciones Especiales (SOE) británico.
En marzo de 1944 junto con dos de mis colegas Yoel Palgi y Peretz Goldstein nos lanzamos en paracaídas y nos unimos a un grupo de partisanos, pero cuando aterrizamos nuevamente en Hungría nos enteramos que los alemanes la habían ocupado. Continué mi camino hasta la frontera con Hungría hasta que fuí arrestada por unos gendarmes húngaros y fui enviada a prisión donde me desnudaron, me ataron a una silla, me azotaron y me torturaron para que yo les dijera donde estaban mis compañeros paracaidistas. Yo no abrí mi boca. También llevaron a mi madre hasta mi celda y me amenazaron con torturarla, pero yo no abrí mi boca. Fui enjuiciada por traición el 28 de octubre de 1944. Y el veredicto fue dado el 7 de noviembre de 1944. Y a mis 23 años iba a ser fusilada por un grupo de alemanes.
En mi ultima nota escribí:
"Tuve un papel en el juego/Los dados han rodado. He perdido"